En lo que respecta a acicalarse, no hay duda de que los gatos saben muy bien cómo cuidar su pelaje. Sin embargo, cepillarlo con regularidad y bañarlo de vez en cuando ayudará a que tu gato se mantenga en condiciones excelentes, ¡de la cabeza a las patas!
Los gatos son muy demandantes y pasan gran parte del día acicalándose. Su lengua rugosa y sus dientes afilados son ideales para limpiar y cepillar su pelaje, pero una pequeña ayuda de tu parte obviamente puede servir para mejorar la apariencia de su pelaje y de su piel.
Cepillado
Cepillar a tu gato no siempre implica quitar tierra, grasa y pelo caído. También permite que los aceites naturales de su pelaje se distribuyan y estimula la circulación de la sangre, lo cual mejora el estado general de su piel. Es una buena oportunidad para revisar si tu gato tiene garrapatas o pulgas, y también es uno de los momentos de bienestar más relajantes que puedes compartir con tu gato, ¡siempre y cuando lo hagas correctamente!
En el mercado podrás encontrar todo tipo de productos para acicalar a tu gato, incluso cepillos de goma o silicón y peines metálicos. Los cepillos de goma son ideales para darle un suave masaje a tu gato mientras retiras todo el pelo suelto, mientras que los peines metálicos pueden usarse para quitar todos los residuos naturales y la tierra de su pelaje. Sea cual sea el producto que uses, cepilla el pelo en la dirección en la que crece. Los gatos de pelo largo necesitan ser cepillados con mayor frecuencia que los de pelo corto, a fin de quitar todo el pelo suelto y deshacer nudos. Cepilla el pelaje avanzando hacia la cabeza; a lo largo de la cola, comienza desde la mitad y cepilla el pelaje en todas direcciones.
Baño
Si bien cepillar a un gato es una excelente forma de reducir su estrés, bañarlo puede tener el efecto contrario. Es bien sabido que los gatos odian el agua, y no hay imagen más penosa que la de un gato totalmente empapado. Pero si el pelaje de tu gato es demasiado grasoso o si se ensució con algo, desafortunadamente no hay otra opción más que bañarlo.
La mejor forma de bañar a tu gato es empezar por cepillarlo bien para quitarle todo el pelo muerto y deshacerle cualquier nudo. Coloca un tapete de goma en la tina o en la pileta y llénala con agua tibia hasta que la profundidad sea de unos diez centímetros. Una vez que tu gato esté en el agua (¡bien hecho!), usa una extensión de regadera con baja presión para humedecerle el pelaje, ten cuidado de no mojarle las orejas, los ojos ni el hocico. Con una solución compuesta por una parte de shampoo y cinco de agua, masajea suavemente a tu gato desde la cabeza hasta la cola, enjuágalo con cuidado y sécalo con una toalla grande. Para terminar, recompensa a tu gato (y recompénsate a ti), ¡felicítalo mucho y dale un premio bien merecido!
Si temes que bañarlo podría ser peligroso, asegúrate de llevarlo antes a que le corten las garras…
Objetos de pelo de gato hechos a mano
Tu gato pierde mucho pelo de manera natural, en especial si lo cepillas con regularidad. Aunque la mayoría de los dueños de gatos tiran con gusto el pelo de gato a la basura, otros lo usan para elaborar diferentes productos artesanales, como bufandas, billeteras, joyería e incluso marionetas de dedo.
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