Seresto® Gatos

Su tecnología le permite liberar dosis adecuadas y constantes de sus principios activos hasta 8 meses. Estos principios activos se distribuyen uniformemente a través de la piel y el pelo de tu gato para protegerlo contra pulgas y garrapatas hasta 8 meses. 

Seresto® es un collar que protege a tu gato contra las pulgas y garrapatas hasta 8 meses. Elimina estos parásitos por contacto, sin necesidad de que piquen. Ya no tendrás que estar pendiente de aplicar el tratamiento antiparasitario para gatos de forma regular. 

Seresto® contiene dos principios activos que actúan de forma sinérgica: imidacloprid, que elimina las larvas de pulga y las pulgas adultas, y flumetrina, que actúa eliminando las garrapatas. Ambos ingredientes funcionan por contacto, sin necesidad de que las pulgas y garrapatas piquen a tu gato.

Los collares Seresto® son aptos para gatos a partir de las 10 semanas de edad.

Para asegurar una protección continua contra las pulgas y garrapatas, es necesario reemplazar el collar Seresto® por otro nuevo inmediatamente después de haber retirado el antiguo.

No. Seresto® es inodoro, por lo que no experimentarás ninguna molestia por los desagradables olores que suelen desprender otros collares más antiguos.

Por supuesto. Coloca siempre el collar Seresto® junto al collar normal de tu gato, es decir, en contacto directo con la piel o el pelo.

Si tu gato no está acostumbrado a llevar collar, puede que le cause molestias leves como picores, enrojecimiento y pérdida de pelo en la zona de roce. Estos síntomas suelen aparecer entre la primera y la segunda semana de aplicación del collar y, por lo general, desaparecen al cabo de poco de tiempo sin necesidad de quitárselo, a medida que el gato se va acostumbrando a llevarlo. A veces, puede ser recomendable quitarle el collar de forma temporal, hasta que los síntomas hayan desaparecido. Consulta con tu veterinario si los síntomas no desaparecen.

Seresto® cuenta con un doble mecanismo de seguridad. En el improbable caso de que tu gato quede atrapado, la misma fuerza del animal es suficiente para ensancharlo y quitárselo rápidamente. Además, para más seguridad, el collar se ha diseñado con un punto de rotura predeterminado.

Cada gato crece a un ritmo distinto, por lo que es recomendable revisar el collar a diario o cada dos días y reajustarlo si es necesario.

Los collares usados o cualquiera de sus componentes deben desecharse de conformidad con las normativas locales.