Proyecto Escan

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ESCAN es una asociación sin fines de lucro creada para ayudar a mujeres y niños víctimas de violencia de género. Mediante la terapia asistida con perros, el equipo trabaja en favor de la recuperación psicológica, emocional y anímica de las víctimas, además, presta apoyo para su inserción laboral.

Enrique Cruz Simón, coordinador de esta iniciativa, relata que el proyecto nació cuando un grupo de adiestradores, luego de conocer sobre el asesinato de una mujer, decidieron buscar la forma de ayudar a la sociedad con los conocimientos que tenían en el entrenamiento canino.

Una de las beneficiarias de los servicios de ESCAN, cuenta que ella y sus hijos conviven con el perro como uno más de la familia, pues el vínculo es tan potente que el perro parece que se hubiese criado con ellos desde pequeño.

Asimismo, comenta que la organización trabajó en la búsqueda de un perro que se adaptara a sus necesidades, ya que es madre de tres hijos y vivían temerosos ante el regreso del maltratador.


La selección de los perros

Fernando Soleto Lira, responsable de adiestramiento del proyecto ESCAN, explica que la asignación de los perros pasa por varias fases:

Selección: Eligen perros con una estructura ósea y muscular acorde al trabajo que van a desarrollar; sociables y receptivos al adiestramiento. Además, señala que se seleccionan animales “valientes”, esto, aclara, no tiene nada que ver con la agresividad.

Socialización: Debido a que los cánidos provienen de criaderos, protectoras o centros de formación, no han vivido la fase de socialización. “Lo que hacemos nosotros es estabilizarlos en casa, le entregamos todo el amor posible y la disciplina (…) la disciplina y el control, el afecto y la autonomía deben ir en paralelo”, destaca Fernando.

Obediencia: Si se logran las dos primeras fases y con ello una buena identificación positiva, el perro ya estaría preparado para iniciar la fase de obediencia o entrenamiento.

Otra mujer, también víctima de violencia de género, nos comenta con emoción el momento en el que conoció este proyecto: “se me abrió el mundo, me volvió el alma y todo”, recuerda. Tanto ella como sus hijos, después de sufrir episodios de maltrato, no querían salir de casa. Ahora, gracias a la perra de terapia, las cosas han cambiado: “te obliga a salir de casa y vas cogiendo confianza (…) pero quien realmente lo ha hecho ha sido la perra”.


El compromiso de Dejemos Huella

En estos 20 años impulsando vínculos entre personas y animales, Dejemos Huella ha colaborado con el Proyecto ESCAN, apoyándoles con el control sanitario y el cuidado de los perros, para que puedan continuar mejorando la calidad de vida de mujeres y niños víctimas de violencia de género.

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