Los gatos sienten los cambios de estación como los humanos. Por eso, cuando las temperaturas descienden, debes estar preparado para proteger y mantener a tu minino cómodo al mismo tiempo.
Todos sabemos que hay señales que avisan de la llegada del invierno y los gatos también pueden sentirlas, independientemente de que sean animales de interior o de exterior. Aun cuando a tu gato le encante estar fuera, si las temperaturas descienden (sobre todo por debajo de los cero grados), deberás meterlo en casa y mantenerlo calentito, para evitar el riesgo de hipotermia o congelamiento de los dedos y las almohadillas de las patas, las orejas, la cola, etc.
Si tu gato es mayor, asegúrate de que no salga desde varios días antes de que se alcancen las temperaturas mínimas. Ciertos problemas como la congelación pueden aparecer rápidamente y, en el caso de los gatos sénior o gatos mayores con artrosis, el frío puede resultar muy peligroso.
Además, el aire frío puede irritar las vías respiratorias altas (nariz, laringe y tráquea) y hacerlas más sensibles a la acción de posibles agentes infecciosos. Es habitual, por ejemplo, que los gatos presenten alteraciones nasales y oculares debido a la presencia de bacterias y virus que afectan a la mucosa nasal y ocular. Así, pueden sufrir problemas respiratorios que se caracterizan por las secreciones oculares y nasales conjuntas, y que pueden complicarse si no se controlan con diligencia.
Riesgo de hipotermia
Un gato con frío extremo corre riesgo de sufrir hipotermia, lo que implica que su temperatura corporal desciende por debajo de lo normal.
Signos de hipotermia en gatos:
- Debilidad
- Inactividad
- Temblores
Conforme la hipotermia empeora, los gatos pueden quedar inconscientes, de modo que los ritmos cardiaco y respiratorio disminuyen.
Qué hacer en caso de hipotermia en un gato
En caso de notar estos síntomas, lleva a tu gato a un lugar cálido lo antes posible y, después, al veterinario. Para mantenerlo caliente durante el trayecto, usa una bolsa de agua caliente envuelta en una toalla o manta.
Congelación en gatos por los efectos del frío
Los gatos que se quedan fuera durante esos días especialmente fríos pueden sufrir congelamiento de las patas, las orejas o la cola. En ese caso, el tejido de las zonas congeladas no debe friccionarse. De hecho, la fricción empeora la congelación.
Qué hacer en caso de congelamiento de tejidos en gatos
Llévalo de inmediato al veterinario. Si no puedes acudir enseguida, esto es lo que hay que hacer:
- Calienta las áreas afectadas sumergiéndolas en agua caliente o envolviéndolas con toallas calientes.
- Conforme las zonas afectadas por congelación adquieren de nuevo su color normal, usa una venda, un paño o una tela limpios para secar (muy cuidadosamente) las zonas en cuestión.
Lleva a tu gato al veterinario lo antes posible. Un congelamiento grave puede ocasionar gangrena e infecciones. Recuerda que requiere asistencia veterinaria de urgencia.
Por último, recuerda que algunos dueños de perros y gatos descuidan la protección de sus animales de compañía en invierno porque creen, equivocadamente, que el frío hace desaparecer los parásitos internos y externos. No obstante, la realidad es que, sobre todo las pulgas y los parásitos intestinales, no desaparecen nunca de nuestro entorno, por lo que debemos proteger a nuestras mascotas todo el año.
Consejos generales para fomentar el bienestar de los gatos en invierno
A continuación, te damos algunos consejos para ayudar a tu gato en invierno a estar sano y no pasar frío.
- Prepárale una cama caliente: Es muy probable que tu gato te agradezca que le pongas una mantita adicional. También podrías hacerle una especie de «cama cueva» en la que pueda refugiarse si bajan mucho las temperaturas.
- Monta un refugio para los gatos de exterior: Si a tu gato le encanta estar fuera, constrúyele o cómprale una pequeña casita de exterior que le proteja de las temperaturas extremas.
- Dale suplementos dietéticos: Ayuda a tu gato a conseguir un pelaje más espeso para el invierno dándole suplementos como ácidos grasos de pescado (el alimento favorito de un gato), de aceite de soja o de canola.
- Aumenta las porciones de comida: Incrementa la cantidad de comida que le das a tu mascota (solo un poco) para que su pelaje sea más resistente a las bajas temperaturas.
- Pon barreras frente a chimeneas y braseros: Para que tu gato esté seguro, coloca barreras delante de llamas y brasas o residuos como ceniza y hollín.
- Comprueba que no se esconde debajo del coche: Antes de arrancar el coche, asegúrate de que el gato no se haya acurrucado cerca de las partes que conservan calor.
Estos sencillos consejos para lograr que nuestros compañeros de cuatro patas afronten el invierno lo mejor posible nos ayudarán a proteger del frío a los gatos y mantenerlos contentos y saludables.