Albergue Valle Colino

Comparte

El Albergue Valle Colino defiende, protege y rescata animales en Santa Cruz de Tenerife desde el año 2005, procurando darles una buena vida y la oportunidad de ser adoptados. Actualmente, rescata una media de 2.500 animales al año.

Asimismo, trabajan en el área educativa, tanto con campañas dirigidas a los niños para inculcarles el respeto y la responsabilidad hacia las mascotas, como en la difusión de información para la población en general.

Ana María Olmo Riera, encargada de la administración y la atención al público en la protectora, nos cuenta que siempre ha luchado por ayudar a los animales y, ante la alarmante cantidad de abandonos, se dirigió a la administración gubernamental para plantearles la necesidad de crear un albergue. Es optimista en cuanto al futuro del vínculo entre personas y animales: “Debemos seguir trabajando a través de la educación para mejorar la vida de los animales, estoy segura de que lo conseguiremos”, señala.

Para Fernando Nabal López, director técnico de Valle Colino, la educación es la vía principal para conseguir mejoras en la tenencia responsable y por ello reciben las visitas de muchos colegios. “Los niños son muy receptivos y están dispuestos a mejorar las relaciones entre animales y personas”, comenta.


La labor de Valle Colino

En Valle Colino cuentan con un equipo de veterinarios que se encarga de garantizar la buena salud de los animales que ingresan, velando por la prevención y tratamiento de enfermedades; vacunación; cirugías menores y esterilización.

Una de las veterinarias es Montserrat Quintana Espinel y nos recalca la importancia de inculcar en la sociedad, desde la infancia, que los animales no son objetos, por el contrario, son una responsabilidad para toda la vida. Recuerda con emoción la mirada de una perrita de 15 años que fue abandonada por su dueña en la protectora: “Me impactó mucho la mirada de ese animal al saberse abandonado y hasta dónde puede llegar la crueldad humana. Es importante evitar este tipo de comportamientos”.

Ángela Lorenzo Hernández, también veterinaria del albergue, nos comenta que, si bien ha trabajado en diferentes ámbitos de la profesión veterinaria, para ella “poder ayudar a animales que han sido abandonados, maltratados o que lo han pasado mal durante su vida, es algo que no se puede explicar con palabras”. Confía en que, con el tiempo, la convivencia entra personas y animales será más racional y justa.


El compromiso de Dejemos Huella

En estos 20 años impulsando vínculos entre personas y animales, Dejemos Huella ha colaborado con el albergue Valle Colino, apoyándoles en la mejora de sus instalaciones, para que puedan continuar realizando su labor de rescatar y brindar una mejor vida a los animales abandonados.

Comparte